Las condiciones laborales se basan básicamente en pasar un frío de la ostia mientras esperas que se te descongele el "pescado fresco" entre los dedos, en hacerte montaditos de salmón para apaliar el hambre cuando el jefe no mira y en no saber a que hora acabarás ese día porque dependes del clima, del hambre que tenga la gente y de las almorranas del encargado.
La fauna que trabajamos allí, también conocida como "extranjeros de mierda que ni hablan noruego a los que pagamos cuatro duros para hacer los trabajos que nosotros no queremos" es bien variopinta.
Loom, la chica Tailandesa es una buena persona rodeada de frikis (que somos los demás) a pesar de que habla tres frases en inglés lleba como 3 años trabajando allí y es la única que está dispuesta a cocinarnos algo casi todos los días que puede cuando el jefe ya se ha ido a casa, claro.

Extrañamente nadie se pudo contestar como Jordan seguía trabajando con nosotros... El más alelao de todos, le pedías dos cosas y te traía una al cabo de media hora, así era nuestro francesito, un poco bobo pero un amor, lo queríamos mogollón. Además estaba como una cabra y eso animaba bastante, nos partíamos el culo cuando le daban arrebatos de sinceridad y le decía a los clientes cosas como -"bueno... esta sopa está hecha con lo que nos ha sobrado del pescado de ayer pero aún así esta rica"- XD Por no comentar de aquel intento de salir del paso cuando se le ocurrió decir que el caviar verde era de Kiwi.

Aquí con gorra troben a la Ona. Loca como una cabra y enamorá de su xurri como la que más. Se movía como pez en el fjordo, en el Fish and Chips lo daba todo. Se enfundaba sus largas rastas en un macromoño y a vender pescaíto frito toda la santa tarde. Después en las fiestas era de las mías; come-bafles/ ravera por hobbie ¡que alegría daba verla dando brincos por la pista!
Siempre de buen humor Mónica se plantaba todas las mañanas en el trabajo. Con un reperetorio musical mucho más extenso que el de la SGAE (donde va a ir a parar la cultura musical de esta chica) nombrada gramola oficial de las mañanas del Fish and Chips su buen humor y sus ganas siempre conseguían arrancarme una sonrisa. Mi xikitina era una encilcopédia andante con la que podías hablar de todo lo que se te ocurriera y más.
Ilenia, (con la camiseta gris) era otra veterana del Fish and Chips. Simpática comprensiva y todo paz y amor. Mi jipi preferida pasaba de ser una mariposilla en casa (todo relax) a ponerse seria y responsable en el trabajo como la que más. Aguantando el tipo con cagadas del jefe con una buena sonrisa (por no matar a alguien) y capaz de sacar 60 platos en una hora.
Yo soy la friki que habéis ido conociendo poco a poco descrita por el jefe como "la chica esa que es un poquito rara pero que trabaja bien" (información filtrada de primera mano) y me dedico en el trabajo a cantar, a hacer bocadillos a destajo y a evadirme del curro con mis pensamientos poligoneros/manga... También suelo hacer bromas, contar chismorreos, ir al baño a sentarme un rato (escaqueo made in Spain) y si nadie mira, a pegarle bocaditos pequeños a algo medianamente comestible.
Y no me he olvidado de mi querido Uri, el gitanito de Jerez, puñetero de vocación que me dió unas buenas alegrías a la vista en esos días lluviosos de Bergen y a Giorgina mi bollito simpaticón con la que también me he descoganodo unas cuantas veces por sus ocurrencias. ¡¡¡A todos vosotros un besazo!!!
Los compañeros con los que trabajé allí son unos frikis con mayúsuclas como yo, me hicieron el trabajo más ameno, nos reímos, cantamos, ponemos verde al jefe, nos contamos la vida... en fin, que el cachondeo va y viene entre olor a gamba y a bacalao. Sin vosotros esto habría ¡¡"sido un infieno Diox mio!!"







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